Síntomas
La tristeza, el dolor, la negación, las ganas de no hacer nada, la soledad, el enojo, la impotencia, presencia constante de dolor y tristeza profunda, pensamientos constantes sobre la pérdida de un ser querido, negación que dificulta la aceptación de la muerte, distanciamiento o entumecimiento, falta de interés por la vida, desconfianza, dificultad para recordar experiencias positivas vividas con el ser querido que ha fallecido y muchos otros estados de ánimo o reacciones, son una respuesta normal cuando enfrentamos la perdida de un ser querido y aunque suene ilógico, también es una reacción saludable.

Motivos de duelo o situaciones que lo complican
• La muerte de un ser querido, niños, adolescentes
• Una muerte violenta o inesperada (como asesinato, accidente automovilístico, suicidio, etc.)
• Desapariciones
• Separación o divorcio
• Separación de un hijo
• Depresión o de trastorno de estrés postraumático
• Cambios de residencia, de trabajo
• Maltrato durante la niñez u otras experiencias traumáticas
• Muerte de una mascota

La noticia
El mundo se desmorona y no existe ninguna “mejor manera” de dar la noticia de la muerte de un ser amado, habrá que decirlo con sencillez, validar las reacciones y emociones de los demás. En el caso de los niños puedes explicarlo por medio de un cuento, un dibujo. Siempre es mejor buscar el apoyo y orientación de un experto en tanatología. https://www.instagram.com/p/B6jSoSZF-se/

El adiós
Nadie nos prepara para enfrentar la separación física de un ser querido. Es muy difícil procesar por qué mueren los niños, adolescentes o aceptar muertes inesperadas, pues hay circunstancias terribles que llevan a la muerte a las personas que amamos, también la ausencia de nuestros seres queridos a consecuencia de desapariciones forma parte del duelo, esperamos su regreso, volver a verle y nunca vuelven. Aunque no existen palabras que puedan curar un dolor tan grande; la muerte y las despedidas son una realidad en la vida de todos los seres humanos, probablemente la idea de que para algunas personas las despedidas en la tierra son grandes bienvenidas en el cielo pueda brindar una esperanza que les envuelva de amor.

El dolor
El dolor es tan grande que nos consume, debilita, llena de preguntas y nos hunde en una desolación absoluta. El único ser que puede mitigar, abrazar, confortar y transformar tanto dolor es Dios, su amor es inagotable. Una crisis de esta magnitud es una oportunidad para confiar y sentir su presencia, en lugar de dejarnos llevar por sentimientos que llegan como ráfaga que ensordece, busca consuelo en su palabra.

“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” Isaías 41.10


La culpa
La culpa es una reacción, hay muchos motivos que nos llevan a sentirnos así, nos llena de un dolor que penetra el alma, sacude la existencia e impide volver a caminar con libertad, nos hundimos en una lista enorme de dudas que hacen eco en nuestro corazón “si hubiera dicho, hecho…”, “decirle mas veces que le amaba”, “tratarle con más cariño”, tendremos la sensación de que podríamos haber hecho más, pero no lo hicimos. Este sufrimiento no nos permitirá avanzar, pues nos vivimos desde la culpa. Jesús dijo “dichosos los que sufren porque serán consolados” el mejor consuelo que podemos recibir es a través de la palabra de Dios, Él nos infunde aliento y nos ayuda a pasar por la adversidad con una mirada distinta.

“Cuando mi mente se llenó de dudas, tu consuelo renovó mi esperanza y alegría”
Salmo 94.19



No me despedí
La muerte abre entre nosotros un abismo enorme de separación, la ausencia nos hiere y en muchos casos no tuvimos oportunidad de decir adiós, es probable que en nuestro último encuentro hayamos discutido o nos salimos del hospital para descansar un rato, o alguna otra circunstancia fuera de nuestro alcance. Conservar el recuerdo de algún momento que compartieron juntos con alegría puede ayudar a la despedida, también escribir una carta al ser querido desde el corazón de quién le amaba tanto.

La realidad
Sí duele, tanto que parece que nadie puede entenderlo, es como estar en el mundo sin existir… Ningún duelo se compara y todos reaccionamos distinto a un evento de esta magnitud, eso no significa que esta bien, mal o que no sienta dolor, solo quiere decir que cada persona procesa lo que vive de manera diferente.
Seguramente lo único que en este momento podría traerte consuelo sería que te devolvieran a tu ser querido, eso es algo imposible, sin embargo, puedes honrar la vida de tu ser amado aprendiendo a navegar por medio de este dolor llevándolo contigo a a lo largo de tu vida depositándole en tu corazón a través de un bello recuerdo.
Siente y date cuenta ¿qué sentimientos estoy experimentando por la muerte de mi ser querido? ¿Cómo puedo expresar lo que siento? por medio del llanto, hablándolo con alguien, escribiendo, pintando, escuchando música. Considera pedir ayuda profesional este acompañamiento será de gran bendición.


“Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; cuando pases por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.” Isaías 43:2

Etapas del duelo


1. Etapa de la negación
Falta de aceptación del evento, bloqueo de la realidad, esta negación puede amortiguar de manera momentánea el golpe de la muerte de un ser querido y aplazar parte del dolor, pero tarde o temprano chocará con la realidad.

2. Etapa de la ira, coraje, enojo
En esta fase son característicos los sentimientos de rabia y resentimiento, así como la búsqueda de responsables o culpables. La ira aparece ante la frustración de que la muerte es irreversible, de que no hay solución posible y se puede proyectar esa rabia hacia el entorno, incluidas otras personas allegadas.

3. Etapa de la negociación
Aparece la fantasía de que se puede revertir o cambiar el hecho de la muerte. Es común preguntarse ¿qué habría pasado si…? o pensar en estrategias que habrían evitado el resultado final, como ¿y si hubiera hecho esto o lo otro?

4. Etapa de la tristeza o depresión
La tristeza profunda y la sensación de vacío son características de esta fase, no es propiamente una depresión clínica, sino un conjunto de emociones vinculadas a la tristeza natural ante la pérdida de un ser querido. Algunas personas pueden sentir que no tienen incentivos para continuar viviendo en su día a día sin la persona que murió y pueden aislarse de su entorno.

5. Etapa de la aceptación
Una vez aceptada la pérdida, las personas en duelo aprenden a convivir con su dolor emocional en un mundo en el que el ser querido ya no está. Con el tiempo recuperan su capacidad de experimentar alegría y placer.
Las personas no pasan necesariamente por todas estas etapas ni en ese orden específico, como ya lo mencionamos antes, el duelo se puede manifestar de distintas maneras y en momentos diferentes para cada persona.
*Elisabeth Kübler-Ross. psiquiatra suizo-estadounidense.

Dios está y estará contigo, no pierdas la fe, déjate abrazar por su esperanza.
Te abrazo desde el corazón, dejándote un pedacito de ilusión.

https://www.instagram.com/p/B-JcfpdDTVO/

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