Nadie nos enseña a ser papas, a veces no sabemos cómo conectar con nuestros hijos para acompañarlos por la vida. No sabemos estar presentes emocionalmente en la vida de nuestros hijos, creemos que basta con proveerles escuela, casa, alimento y espacios de diversión, nos quedamos con la idea de que “en el mejor de los casos” este tipo de papás por lo menos son ‘responsables’ y cubren esta área de sus hijos.
Nuestros hijos nos necesitan, nuestra presencia les brinda seguridad, identidad y les ayuda entre muchas otras cosas a equilibrar su autoestima.
Si tu y tu pareja ya no están juntos, recuerda que tus hijos son tu prioridad, que puedes vivir y rehacer tu vida con amor para ti, esto impactará en la vida de ellos también. No le hables mal de su progenitor, no lo involucres en tus asuntos del corazón, construye a tu hijo(a) con amor.
Los hijos sin padres presentes emocionalmente desarrollan conductas que los lastiman, constantemente buscan la aprobación de los demás y se colocan en situaciones que los alejan de autoafirmarse, ceden ante la presión social de actitudes que ni ellos mismos desean tener como ingesta de alcohol, drogas, tabaco, relaciones sexuales a temprana edad etc.
A falta de relacionarse con sus papás, crean una identidad equivocada de si mismos que los lleva a vivir sin entenderse, inclusive a sentir rechazo por su imagen y no aceptarse ni sentirse amados o merecedores de ser amados por alguien más, aceptan el maltrato de otros y se desencadenan una serie de circunstancias a las que pueden exponerse con facilidad.
Padres presentes hijos seguros y sonrientes. ¿Qué estás dispuesto a hacer para demostrarle que estás aquí para apoyarle?
Si eres un hijo(a) con papás no presentes, aprende a amarte, a valorarte, a construirte todos los días, si haces una evaluación sobre la relación con tus padres podrás descubrir lo mucho que te enseñaron: a no ser ni hacer todo eso que no te gustó de ellos.
Te dejaron un reto enorme, aprender Gracias a perdonar, son pruebas durísimas que te harán ser una mejor persona.